Desjuntar una pared antes de renovar: eliminar mortero antiguo de ladrillos y fachadas
La restauración de fachadas y muros de ladrillo visto requiere una preparación cuidadosa que comienza por el desjuntado, es decir, la eliminación del mortero antiguo deteriorado entre las juntas. Este proceso es fundamental para garantizar que el nuevo mortero se adhiera correctamente y para prevenir futuros problemas de humedad o filtraciones. Afrontar esta tarea con las herramientas y técnicas adecuadas marca la diferencia entre una renovación duradera y una que presentará problemas a corto plazo. El desjuntado es especialmente necesario cuando las juntas presentan disgregación, eflorescencias salinas o simplemente han perdido cohesión con el paso del tiempo.
Preparación y herramientas necesarias para desjuntar una pared de mampostería
Antes de iniciar el trabajo de eliminación del mortero viejo, es imprescindible reunir el equipamiento adecuado. Las herramientas básicas incluyen un puntero y un cincel de metal que permiten retirar el mortero deteriorado sin dañar los ladrillos adyacentes. Estos utensilios de hierro deben estar en buen estado y con el tamaño apropiado para alcanzar la profundidad necesaria en las juntas. Además, un cepillo de metal resulta muy útil para la limpieza posterior de residuos y polvo acumulado tras el desjuntado. En ciertos casos, se puede recurrir a una amoladora con disco adecuado para agilizar el trabajo en superficies de gran tamaño, aunque su uso requiere mayor destreza para evitar dañar los bordes de las piedras o ladrillos.
Equipamiento básico: puntero, cincel de metal y cepillo para la limpieza
El puntero es la herramienta más empleada para retirar el mortero de las juntas, ya que su forma permite introducirse en la unión entre ladrillos con precisión. El cincel de metal complementa esta labor al permitir el raspado en zonas donde el mortero se encuentra más adherido. Ambos deben manejarse con golpes firmes pero controlados, evitando aplicar fuerza excesiva que pudiera provocar la rotura de piezas. Una vez retirado el mortero viejo, el cepillo de metal entra en acción para eliminar el polvo, restos de tierra y pequeños fragmentos que quedan adheridos a las superficies. Este paso de limpieza es crucial porque las juntas deben quedar listas para recibir el nuevo mortero, libre de impurezas que impidan una correcta adhesión.
Medidas de seguridad y protección antes de comenzar el trabajo
La seguridad es un aspecto que no debe pasarse por alto durante el desjuntado. Es fundamental usar gafas de protección para evitar que partículas de mortero o polvo entren en contacto con los ojos. Asimismo, se recomienda utilizar guantes resistentes y una mascarilla adecuada para no inhalar el polvo generado durante el proceso. Si el trabajo se realiza en altura, es necesario contar con andamios o plataformas estables y respetar las normativas de prevención de riesgos laborales. El compromiso con la seguridad no solo protege al trabajador, sino que también garantiza que la tarea se realice sin interrupciones ni accidentes que pudieran afectar la calidad del resultado final.
Técnicas profesionales para eliminar mortero viejo de juntas de ladrillos
La eliminación del mortero antiguo exige técnica y paciencia. El objetivo es retirar el material deteriorado hasta alcanzar una profundidad que permita al nuevo mortero adherirse firmemente. Esta profundidad suele situarse entre uno y dos centímetros, dependiendo del estado de las juntas y del tipo de muro. Es importante trabajar con movimientos precisos, evitando golpes bruscos que puedan desprender fragmentos de los ladrillos o provocar fisuras en las piezas contiguas. El puntero se introduce en la junta con un ángulo ligeramente oblicuo y se avanza progresivamente, retirando el mortero en capas hasta alcanzar la base firme.
Profundidad adecuada del rejuntado y uso correcto del puntero
La profundidad del desjuntado es un factor clave en la calidad del rejuntado posterior. Si se retira muy poco mortero, el nuevo material carecerá de suficiente volumen para adherirse con solidez y podría desprenderse en poco tiempo. Por el contrario, si se profundiza en exceso, existe el riesgo de debilitar la estructura de la mampostería o de dañar el interior de las juntas. La técnica correcta consiste en introducir el puntero con firmeza y avanzar de manera uniforme, manteniendo una profundidad constante a lo largo de toda la junta. Este enfoque profesional asegura que el mortero nuevo cuente con el espacio necesario para consolidarse y ofrecer resistencia frente a las inclemencias del tiempo.
Cómo evitar daños en piedras y ladrillos durante el desjuntado
Uno de los mayores riesgos durante el desjuntado es la rotura o exfoliación de las piezas de ladrillo o piedra. Para minimizar estos daños, es esencial trabajar con herramientas en buen estado y aplicar la fuerza de manera controlada. Se recomienda golpear el puntero con un martillo de peso adecuado, evitando impactos violentos que puedan generar grietas. Además, es conveniente inspeccionar visualmente cada junta antes de intervenir, identificando las áreas más frágiles o con signos de disgregación. En estos puntos, se debe actuar con especial cuidado, utilizando el cincel de metal para retirar el mortero por capas finas. Este método permite retocar y restaurar la pared sin comprometer la integridad de los elementos estructurales.
Tipos de mortero para el rejuntado: cal hidráulica, cal aérea y mezclas con arena

Una vez retirado el mortero viejo y limpiadas las juntas, llega el momento de preparar el nuevo mortero. La elección del tipo de mortero es fundamental para garantizar la durabilidad y la transpirabilidad de la fachada. Los morteros de cal, tanto hidráulica como aérea, son los más recomendados para muros de mampostería y fachadas aparentes, ya que permiten que el muro respire y evacúe la humedad de forma natural. La cal hidráulica ofrece un endurecimiento más rápido y mayor resistencia a la humedad, por lo que es ideal para exteriores expuestos a la intemperie. La cal aérea, por su parte, es más flexible y se utiliza en restauraciones donde se busca respetar al máximo las características del muro original.
Proporciones correctas de cal, arena y agua según el tipo de muro
La mezcla del mortero debe respetar proporciones específicas para lograr las propiedades deseadas. Una fórmula habitual para muros de ladrillo visto combina una parte de cal hidráulica con tres partes de arena fina. El agua se añade progresivamente hasta obtener una consistencia homogénea y trabajable, similar a la de una pasta densa pero no líquida. Es importante que el volumen de agua sea suficiente para activar la cal sin diluir en exceso la mezcla, lo que afectaría su resistencia final. En el caso de la cal aérea, las proporciones pueden variar ligeramente, ajustándose a las necesidades particulares de cada proyecto de restauración. Algunos profesionales recomiendan añadir una pequeña cantidad de tierra cernida para mejorar la adherencia y el acabado estético del mortero, especialmente en fachadas históricas donde se busca reproducir la apariencia original.
Mortero de cal versus yeso: cuál elegir para fachadas y muros aparentes
Aunque el yeso es un material ampliamente utilizado en interiores, no es la opción más adecuada para el rejuntado de fachadas de ladrillo visto. El yeso carece de la flexibilidad y la transpirabilidad que ofrece la cal, lo que puede generar problemas de humedad y filtraciones a medio plazo. Además, el yeso endurece rápidamente y tiende a agrietarse ante movimientos estructurales o cambios térmicos, situaciones frecuentes en muros exteriores. Por el contrario, los morteros de cal permiten la evaporación natural de la humedad y se adaptan mejor a las dilataciones y contracciones del ladrillo. En proyectos de rehabilitación de fachadas, especialmente en edificios con valor patrimonial, el uso de morteros de cal es prácticamente una exigencia normativa para garantizar la durabilidad y el respeto a las técnicas constructivas tradicionales.
Proceso completo de restauración: del desjuntado al rejuntado final de la fachada
Una vez preparado el mortero, se procede a la aplicación en las juntas previamente desjuntadas y limpias. Este proceso requiere destreza manual y el uso de herramientas específicas que faciliten la correcta introducción y compactación del material. La aplicación se realiza en varias capas si es necesario, asegurando que cada una de ellas se adhiera firmemente antes de proceder con la siguiente. Es importante trabajar por secciones, evitando que el mortero seque en exceso antes de aplicar el acabado final. La técnica tradicional emplea una llana para introducir el mortero en la junta y una lengüeta para dar el acabado superficial, logrando una apariencia homogénea y estéticamente atractiva.
Aplicación del mortero nuevo con llana y acabado con lengüeta
La llana es la herramienta principal para cargar el mortero y presionarlo en el interior de las juntas. Se debe ejercer presión suficiente para garantizar que el material llene completamente el espacio dejado por el mortero viejo, evitando la formación de huecos o burbujas de aire que puedan debilitar la unión. Una vez aplicada la cantidad necesaria, se emplea la lengüeta para alisar y perfilar la superficie de la junta, proporcionando un acabado liso y uniforme. Este paso final no solo cumple una función estética, sino que también mejora la resistencia del mortero frente a la acción del agua y el viento. En algunos casos, se puede optar por un acabado rehundido que resalta el relieve del ladrillo, o bien por un acabado enrasado que iguala el plano de la junta con la superficie de las piezas.
Prevención de filtraciones y presupuesto estimado para una renovación profesional
La correcta ejecución del rejuntado es la mejor forma de prevenir filtraciones de agua que puedan generar humedades, eflorescencias y disgregación del ladrillo a largo plazo. Un rejuntado bien realizado sella las juntas de manera eficaz, evitando que el agua penetre en el interior del muro. Para maximizar la protección, se recomienda aplicar un tratamiento hidrofugante una vez que el mortero esté completamente seco. Estos productos, a base de silano o siloxano, crean una barrera que repele el agua sin obstruir la transpirabilidad de la fachada. En cuanto al presupuesto, el coste de una renovación profesional dependerá de diversos factores como el tamaño de la superficie, el estado de deterioro, el tipo de mortero empleado y la necesidad de consolidantes o refuerzos estructurales adicionales. Es aconsejable solicitar un presupuesto detallado a profesionales cualificados que puedan evaluar in situ las necesidades específicas del proyecto y garantizar un resultado duradero conforme a la normativa vigente, incluyendo el Código Técnico de la Edificación y las ordenanzas municipales correspondientes.